Científico Frank Mitloehner visitó Uruguay, se reunió con el sector político y explicó cómo funcionan los créditos de carbono en California
Frank Mithoehner, experto en cambio climático.
Uruguay tiene un gran potencial para ayudar a evitar un mayor calentamiento global, generado por las emisiones de los denominados gases causantes del efecto invernadero, que agrandan la capa de ozono de la atmósfera.
Un estímulo para cumplir con esa meta puede ser la generación de un mercado de créditos carbono neutro, buscando disminuir las emisiones de Metano, uno de los cinco gases causantes del calentamiento global, pero menos peligroso que el CO2 que es generado por la quema de combustibles fósiles, sea por el transporte o por la actividad industrial.
El Profesor Frank Mitloehner, docente, investigador y comunicador de la Universidad de California-Davis, experto en Calidad de Aire y director del Clear Center de la Universidad de California,, estuvo en Uruguay ayudando al Instituto Nacional de Carnes y se reunió con el sector político, los productores y la investigación, para mostrar cómo funcionan los bonos de carbono en California, donde el sector lechero de ese país genera divisas adicionales con la captación de Metano.
California es un ejemplo en el mercado de carbono, porque desde hace tres años funciona un sistema de compra-venta, donde un cuarto de los ingresos de los establecimientos lecheros provienen de la venta de carbono que logran secuestrar mediante el uso de biodigestores que descomponen el estiércol y generan biogases que es usado por el segmento del transporte.
Mitloehner es miembro del Consejo Asesor Presidencial de Estados Unidos (PCAST por su sigla en inglés), como asesor en ciencia y tecnología del año 2012 al 2015. El PCAST es el único consejo asesor que se encuentra por fuera del gobierno federal y es el responsable de llevar adelante la política presidencial en ciencia tecnología e innovación.
Uno de sus más grandes logros internacionales ha sido incidir en la FAO para que retracte las atribuciones adjudicadas a la ganadería en la publicación “La Larga Sombra del Ganado”. Este documento atribuyó el 18% de las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por el hombre a la producción animal, cifra que superaba en su momento a todas las emisiones realizadas por vehículos a combustión del planeta. Sus argumentos lograron que la propia FAO hoy vea a la ganadería como parte de la solución al cambio climático y no como la principal causa del calentamiento global.
Veganismo. El experto mostró con cifras que por más que el mundo se vuelva vegetariano el incremento de la capa de Ozono continuará si no se logra bajar la quema de combustibles fósiles. Que el mundo apueste a una alimentación vegana, “no generará un fuerte impacto en la reducción de las emisiones de Metano”, que junto con el CO2 y Óxido Nitroso, son los gases más significativos causantes del calentamiento global. La quema de combustibles fósiles, tienen mayor incidencia que las vacas y resulta difícil que puedan reducir sus emisiones de gases contaminantes.
Explicó que “ser vegano por un año quita 0,8 toneladas de gases causantes del calentamiento de la atmósfera”, mientras que “un transatlántico quemando combustibles fósiles genera 1,6 toneladas de gases”. En una palabra, de nada vale el esfuerzo si continúa incrementándose la quema de combustibles fósiles.
Peligroso. Mitloehner explicó en el marco de una conferencia en la Expo Melilla que de los causantes del citado fenómeno, el CO2, Óxido Nitroso y Metano son los más importantes. La molécula de Metano lleva 10 años para que se destruya en la atmósfera y para que pase a ser CO2 de nuevo, el resto de los gases de efecto invernadero no tienen una vida tan breve. El CO2 queda en la atmósfera por 1.000 años.”, destacó el conferencista.
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